En pleno invierno, la mala calidad del aire por contaminación ambiental aumenta. En distintas zonas del país, esta condición ambiental afecta especialmente a capitales como Santiago, Concepción, Aysén y Temuco, entre otras.
Pero esta situación altera la salud de las personas más allá de sus efectos en las vías respiratorias, que es el efecto más conocido de la misma. Según explica Patricio Arroyo, Magíster en Medicina y Ciencias Aplicadas al Deporte, “el aire contaminado promueve que se reduzca la actividad física y deportiva en la población, suspendiendo todo tipo de movimiento que provoque una necesidad energética o metabólica que genere algún grado de agitación en niños y personas con algún tipo de condición patológica respiratoria”.
Frente a esto, detalla, en los establecimientos educacionales se toman medidas como suspender las clases de Educación Física. ¿Por qué? Tal como indica Arroyo, la educación física no es solo moverse. “Como su nombre lo indica, la Educación Física debe ser una instancia que eduque en lo que se refiere al cuidado de nuestro cuerpo, qué tipo de actividades debieran realizar para no generar daño en el organismo debido a la condición especial del aire. Podríamos realizar actividades intramuros, donde se desarrollen cualidades cognitivas a través de juegos, actividades coordinativas o percusiones, entre otras”, afirma.
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